Hace unos días una entrevista a Elon Musk ponía de relieve su admiración por emprendedores de la talla de Bill Gates o Mark Zuckerberg. Más allá de las cualidades que se admire, esta conversación indicaba cómo hasta el propio Musk tiene muy presente a otros casos de éxito. Y es que en el sector del emprendimiento, al igual que en la ciencia, “cabalgamos sobre lomos de gigantes”; y no tiene sentido crear un proyecto sin levantar la cabeza y ver qué están haciendo los demás.
Por supuesto, informarse sobre grandes casos, aunque también grandes anécdotas siempre nos nutrirán de grandes y nuevas ideas para aplicar en nuestros proyectos. Son inspiración para seguir nuestro propio camino. Desde Youandlaw, hemos elegido cinco curiosos casos de éxito de diferentes emprendedores a lo largo de la historia.
No hace falta salir de casa para encontrar oportunidades
Paul Getty, es hoy conocido como el millonario que encontró oportunidades en su propia casa; y es que muchas veces dar con una gran idea no tiene tanto que ver con la suerte sino con una forma de pensar particular, curiosa e inherente el ser emprendedor.
Hasta su fallecimiento, fue propietario de Getty Oil, una de las petroleras más prolíficas de la historia. De naturaleza ávara, fue tan buen negociante que en sus inicios instaló cabinas telefónicas en su propia casa para sus invitados pudieran utilizar. Aprovechó sus medios para crear oportunidades accesibles para cualquiera, y que sin embargo solo el identificó. Ahora bien, seguro que propició ciertas conversaciones entre sus visitantes.
La clave de una idea es la simpleza
Henry Ford aplicó esta idea a su cadena de distribución. Se complicaba tan poco, que en la cadena de producción todos los coches eran de color negro, la pintura más barata. No solo economizaba el proceso de producción, sino que simplificar la línea de montaje fue garantía de éxito.
Muchos emprendedores narran su idea quizá con un exceso de adorno y con demasiadas ideas complementarias que simplemente no encajan o que pueden dar lugar a complicar el desarrollo del negocio. Quizá, muchos debamos inspirarnos en este caso de los coches de color negro y lanzarnos con la versión más simple de una idea para que las complicaciones vengan más tarde. Algo parecido a lo que hoy llamamos producto mínimo viable (MVP).
No todo está inventado
Aunque siempre parezca que no queda nada por inventar, no hay nada más lejos de la realidad. Y aunque todo parezca ir mal, siempre hay oportunidades. Esta era la mentalidad de Helena Rubinstein, persona que vio una oportunidad cuando todo iba mal. Durante el crack del 29, la gente vendió todos sus artículos de valor hasta quedarse con lo puesto. La inversión de las mujeres de la época en belleza quedó reducida a productos de maquillaje como el pintalabios. Helena descubrió esta realidad y decidió apostar todos sus ahorros a una empresa de cosmética. Años después fue una de las mujeres más ricas del planeta.
La ley del esfuerzo
Joseph Juran, es un experto en gestión de la calidad que desde que conoció la obra de Pareto se dedicó a divulgar e indagar su aplicación a las cuestiones de calidad, con un sorprendente éxito. El teorema de Pareto es una manera sencilla de indicar y fácil de recordar que el esfuerzo invertido en algo residual, puede ser un éxito. También lo conocemos como la norma del 80 / 20. Desde entonces, en el mundo de los negocios es una máxima volcar más esfuerzo en esas tareas que generan el 80 % del resultado suponiendo un 20 % del retorno; sabiendo que el 80 % de esfuerzo restante deja un beneficio residual.
Hoy todos conocemos que al invertir esfuerzo innecesario en tareas poco relevantes, podemos estar abriendo una de las posibles puertas del fracaso. Hoy lo sabemos, pero hubo que descubrirlo.
¿Patentar un sonido?
Las Harley Davidson son conocidas por su bonita carrocería y su ronroneante ruido. Pero hasta llegar a lo que conocemos hoy en día, los socios William S. Harley y Arthur Davidson pasaron por muchos inconvenientes, que posteriormente serían clave de su éxito. En un cobertizo con la idea de inventar una moto, los amigos idearon su primera moto con ayuda del hermano de Davidson que era mecánico, utilizando para su primera patente una lata de tomate como carburador. El sonido que producía, único, fue la clave del negocio. ¿Lo patentamos? Lo patentamos.